“Ahora sé que Novecento había decidido sentarse ante las
teclas blancas y negras de su vida y empezar a tocar una música absurda y
genial, complicada pero hermosa, la más grande de todas. Y que, con aquella
música, bailaría los años que le quedaran. Y que nunca más sería infeliz.”
(Alessandro Baricco, Novecento.
La leyenda del pianista en el océano)
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