sábado, agosto 19, 2006

Cerrando puertas

Cenicienta in the night

La quise, sí, pero fue un sueño
amarla un grado más que a la ginebra,
pues todo asunto tiene sus distancias,
su puro y cristalino vaso de locura.

La quise, sí, y acabó pronto
en brazos de otro amante portuario,
más ágil que yo con la bebida,
más triste y quizás más renegado.

Qué habrá sido de ella me pregunto.
A veces la imagino en una esquina
agitando el bolso igual que el alma,
borrándose el carmín con las farolas.

Soñará todavía con necios millonarios
que aparquen el capó justo en al acera
y la lleven a rugir a alguna fiesta
donde nunca, nunca den las doce.

(Mercedes Escolano)

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