La 1ª
Hoy jugaría a la ruleta rusa:
sería tan sencillo desenfundar revólveres,
elegir el calibre
que mejor se adaptara a mi fracaso
y apretar el gatillo
como quien se lanzase de cabeza
a un mar en donde acechan tiburones.
De nada sirve rellenar cuartillas
y más viejas cuartillas
que hacen alusión a mi nostalgia.
Y si hoy jugase a la ruleta rusa,
haría girar en círculos exactos
esa posible bala con pasaje
a una región de tonos buganvilla.
Porque hoy se desploma mi tristeza
sobre inhóspitos lechos,
y me hiere con todas sus escamas.
(Verónica Aranda, Tatuaje)
La 2ª
Escena última
(Hay un rato de silencio; los truenos resuenan más fuertes que nunca, crecen los relámpagos, y se oye cantar a lo lejos el Miserere a la comunidad, que se acerca lentamente)
VOZ DENTRO.- ¡Aquí, aquí! ¡Qué horror
(DON ÁLVARO vuelve en sí y luego huye hacia la montaña. Sale el PADRE GUARDIÁN con la comunidad, que queda asombrada.)
PADRE GUARDIÁN.- ¡Dios mío!... ¡Sangre derramada!... ¡Cadáveres!... ¡La mujer penitente!
TODOS LOS FRAILES.- ¡Una mujer!... ¡Cielos!
PADRE GUARDIÁN.- ¡padre Rafael!
DON ÁLVARO.- (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice.) Busca, imbécil, al padre Rafael... Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador... Huid, miserables.
TODOS.- ¡Jesús, Jesús!
DON ÁLVARO.- Infierno, abre tu boca y trágame! ¡Húndase el cielo, perezca la raza humana; exterminio, destrucción...! (Sube a lo más alto del monte y se precipita.)
EL PADRE GUARDIÁN Y LOS FRAILES.- (Aterrados y en actitudes diversas.) ¡Misericordia, Señor! ¡Misericordia!
Cae el telón
(Duque de Rivas, Don Álvaro o la fuerza del sino)
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