domingo, septiembre 23, 2007

amante

“Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. (…) Y el amado puede presentare bajo cualquier forma. Las personas más inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. (…) El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado; y el amante ve sus defecto como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor”.

(McCullers, La balada del café triste)

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